dulce

En la sociedad en general se asocia tomar chocolate o helado, en definitiva cualquier cosa dulce, como el mejor antidepresivo o por lo menos un trampolín para poder alejarnos de la emoción de la tristeza. Es verdad que hoy en día también hay otra tendencia, los antidepresivos. Lo siento Platón, no has conseguido desbancar al Prozac y eso que Freud ya nos lo avisó

“La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”.

Pero este post no va a criticar al abusivo consumo de los medicamentos en general y las recomendaciones excesivas y locas que se hacen para poder acallar nuestras defensas psíquicas. Vayamos a pensar y hablar sobre qué le pasa al autoestima con los likes, el dulce y emociones.

¿La neurociencia tiene algo que contarnos?

Espero que tu respuesta haya sido un sí rotundo, claro y sonoro. Seguro que has escuchado que el consumo de alimentos dulces producen endorfinas y es verdad, pero la neurociencia nos recuerda que la endorfina no es la hormona de la felicidad, sino del placer. Esto es importante, ya que el placer es adictivo y muy perecedero. Lo importante es la serotonina, que tarda más en hacer efecto, pero es más importante e interesante. Entonces lo más importante es poder encontrar experiencias que te generen serotonina, como puede ser el contacto físico o el amor. Curioso, ¿no?

El dulce

Consumir algo dulce en un momento duro de  tu vida puede resultarte interesante para poder tomar un poco de aire y respirar. Sin embargo, es necesario que entiendas que esa sensación será temporal y que tampoco va a ser definitivo.

Mucho más saludable es poder acudir a dónde tu pareja, amistades, familiares, etc.; y poder expresar te como mejor sepas y sentirte acompañada o acompañado. Este hecho «tan sencillo» es la base de la psicoterapia.

En caso de que sigas optando por tomar algo dulce, no te recomiendo el famoso chocolate. Además de la gran cantidad de grasas y el azúcar, no te va a resultar tan útil. Te recomiendo tomar alguna fruta dulce, por una parte porque tiene menos azúcar y porque el refinamiento del mismo es mucho más dañino que el natural.

La nueva mirada

Las pantallas

Es bien sabido que las pantallas tienen un gran potencial para desarrollar adicciones e incluso interferir en nuestro propio estado de ánimo. Es verdad que la neurociencia explica que es porque aumenta el llamado circuito de la recompensa, el que es estimulado a la hora de consumir. Sin embargo, lo que yo escucho en la consulta a personas jóvenes y no tan jóvenes es que el like o me gusta, número de interacciones es el elemento fundamental y lo que de verdad les motiva para estar viendo la pantalla.

No hablo de las personas que te dicen «se me pasan las horas en tik tok sin yo darme cuenta», sino de aquellas que suben fotos, vídeos, comentarios, etc.; y en caso  de no obtener cierto grado de reconocimiento personal borran lo subido para no dejar evidencia.

Antes podíamos encontrar la dulzura en una llamada de teléfono, en un gesto, etc.; pero ahora obtenemos ese amor con un sonidito y vamos con una sed voraz a recibir nuestra gota de amor. Antes decía que las endorfinas generadas por el dulce no eran la base de la felicidad, pero por lo menos podemos compartir dicha experiencia con otra persona, en cambio, beber de los corazones que nos dan, es individual.

Se puede generar serotonina y endorfina a la vez, claro que sí, que sería lo mejor evidentemente, porque obtienes «placer y felicidad». Esta combinación no es tan efímera como la de los corazones, que es una satisfacción inmediata y que depende del gusto, disponibilidad y motivación de dicha persona.

¿Qué puedo leer?

Si te ha interesado esta diferencia entre los beneficios que otorga lo dulce, el contacto social e Instagram te voy  a dejar algunos libros que te pueden ayudar a ahondar más en esta temática y también orientar tus próximas lecturas.

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