En el castellano hay una frase muy popular que dice así: «Hacerse trampas al solitario» y sobre eso vamos a hablar hoy, pero desde las dos caras de la misma moneda. Desde una tercera cara, se presenta en este libro.  Estos conceptos se presentan desde la rama del cognitivismo conductual y desde el psicoanálisis, pero originalmente son de la psicología social.

Profecía autocumplida

El cerebro es muy listo, no hay más que ver los avances que se presentan cada día, pero también se le puede «engañar» de una manera sencilla. Se le puede hacer creer que una idea que es irreal se convierta en realidad. Esto puede parecer algo mágico, pero, se ha demostrado que cuando nos obsesionamos con una idea, podemos autoboicotearnos y así cumplir la profecía. Un proceso parecido, es el que se sigue en la hipnoterapia, pero con efectos terapéuticos.

Esta la base de las supersticiones como del horóscopo o del Tarot, por lo que si te sueles fiar de lo esotérico párate un momento a ver cómo se ha dado esa predicción. Por ejemplo: «Te predigo que conseguirás trabajo rápidamente». Tú lo crees, y buscas trabajos con más ahínco o que  se ajustan mejor a tu perfil y además revisas tu CV. Todo lo haces pensando en que esos cambios devienen de las palabras del «vidente», mientras que se deben a tu actitud.

Antes hablábamos de dos caras…

Efecto pigmaleón

Este suele ser el más conocido, ya que se asocia con la educación y es muy usual, además de peligroso. El método es muy sencillo y relacionado con Skinner y con la teoría del apego. Tenemos a un alumno o alumna, que se comporta muy mal. Cada vez que lo hace, se le regaña e incluso se le puede gritar de vez en cuando, reforzando de esta manera su conducta. Este docente va al aula y comenta lo mala que es la persona en cuestión, día tras día. De esta manera se genera un estereotipo sobre esa persona y todo el equipo docente, sin darse cuenta, le echa la bronca sin cesar. Da igual que un día se porte bien, ya que nadie lo notará y si lo hacen, será de manera aislada.

Desde el punto de vista del niño o niña puede ser un relato parecido a éste: «Si me porto mal, me atienden, aunque a sea a gritos. Todos los y las profes me gritan o me echan la bronca, por lo que me siguen atendiendo». Esta persona posiblemente además de ser calificado como fracaso escolar, aspecto que demuestra este libro que se puede cambiar, mantenga un estilo de apego inseguro.

Os dejo algo de bibliografía:

Un comentario en «La profecía autocumplida o efecto pigmaleón»

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